Nere González
A media hora de la capital oaxaqueña se ubica Tlalixtac de Cabrera, uno de los municipios con más arraigo a las tradiciones de Semana Santa para la comunidad católica, donde desde hace 49 años escenifican la representación de la Pasión y Muerte de Cristo.
Josué Vásquez de 31 años, fue el joven que se preparó desde hace meses para darle vida y recordar el sufrimiento de Jesús de Nazaret, quien con base en los datos bíblicos fue el sacrificio que hizo para salvar del pecado a la humanidad y darle la vida eterna.
Josué, principal penitente de Tlalixtac de Cabrera caminó por más de tres horas bajo los intensos rayos de sol, cargando una cruz de aproximadamente tres metros y con un peso de 110 kilos.
Con el rostro cansado pero con una fe inquebrantable, el joven recibió latigazos, fue burlado, tal y como se describe en la historia de Jesús de Nazaret.
Y es que el viacrucis es una manera de recordar la pasión de Jesús y de revivir con él y acompañarlo en los sufrimientos que tuvo en el camino al Calvario.
De las 14 estaciones que comprende el viacrucis, la biblia señala que en la cuarta estación, Cristo se encuentra con María. En Tlalixtac de Cabrera, Danna Chávez, una niña de 14 años fue quien personificó una de las escenas más tristes del Viernes Santo.
Apegados a sus creencias, los penitentes y fieles de Tlalixtac de Cabrera, arropados por el turismo religioso, cumplieron 49 años de esta celebración, el cual implica meses de una preparación meticulosa.
Los participantes como Josué y Danna en un acto de fe y devoción perfeccionan sus actuaciones y se sumergen en la historia bíblica.