A partir del 1 de enero de 2025, los equipos podrán empezar a trabajar en el nuevo concepto. “Los coches son ligeros, enormemente rápidos y ágiles, pero siguen a la vanguardia tecnológica», dijo Nicholas Tombazis, máximo responsable de monoplazas de la FIA.
Es quizás la mayor de las novedades. Tanto en el alerón delantero como en el trasero estos nuevos coches tendrán aerodinámica activa. Habrá dos configuraciones posibles: la Z (para curvas) y la X (para las rectas, donde los alerones estarán más abiertos para reducir el efecto del viento en el coche).
El alerón delanteros será 100mm más estrecho con dos elementos activos y al alerón trasero tendrá tres elementos con endplates simplificados.
El efecto suelo también será reducido para que no haya tantas diferencias como se ha visto en el actual reglamento. Para lograrlo se rebaja la potencia del difusor.
Por otro lado, el suelo de los monoplazas, donde Red Bull marcó las diferencias extremas en el actual reglamento, será más plano.
El motor sufrirá un incremento de la potencia eléctrica y uno de sus elementos más conocidos, el MGU-H también desaparece. La mitad de la potencia vendrá del ERS (sistema de recuperación de energía) que pasa de los 120kW y en 350kW.
El elemento del motor que sí se mantiene es el MGU-K, que el sistema con el que se recupera la energía en las frenadas.
Los monoplazas serán más ligeros y más pequeños. La longitud pasa de los 3,6m actuales a los 3,4m mientras que el ancho pasa de los 2m actuales a 1,9m. Los neumáticos también reducen su anchura aunque se mantienen en 18 pulgadas. El peso del monoplazas también se rebaja 30kg y la carga aerodinámica se reduce otro 30%.
Este elemento lleva años siendo clave para ver adelantamientos en la actualidad pero la Fórmula 1 apuesta por otra ayuda que vemos en otras categorías como la IndyCar o la Fórmula E. Se trata del llamado ‘push to pass’. El coche perseguidor, cuando lo active, recibirá un extra de potencia para superar al coche de delante.