Beryl, una tormenta tropical que llegó a Texas el lunes como huracán, ha causado la muerte de al menos ocho personas y dejado sin electricidad a más de 2.3 millones de personas en una amplia región que incluye Houston.
La tormenta no solo provocó graves daños a viviendas, infraestructuras y árboles, sino que también generó inundaciones, marejadas y varios tornados que extendieron el caos más allá de Texas. Las autoridades informaron que, debido a estos fenómenos, una vasta área del sureste de Texas sigue sin energía en medio de una ola de calor extremo.
Entre las víctimas, al menos dos murieron debido a la caída de árboles. En Houston, un empleado civil del Departamento de Policía perdió la vida al quedar atrapado en una inundación, y en Luisiana, cerca de Benton, una persona murió por la caída de un árbol durante un posible tornado.