Tupperware Brands, la icónica empresa que revolucionó el almacenamiento de alimentos con sus envases de plástico sellados al vacío, ha solicitado protección por bancarrota, enfrentando crecientes dificultades para revitalizar su negocio. A pesar de este giro, la compañía ha afirmado que tiene previsto seguir operando y buscará la aprobación del tribunal para facilitar una venta que le permita continuar en el mercado. El anuncio se dio a conocer poco antes de la medianoche del martes.
La empresa, con sede en Orlando, Florida, ha visto cómo sus problemas financieros se han acumulado en los últimos años. Aunque las ventas de Tupperware tuvieron un repunte durante la pandemia del COVID-19, sus ingresos generales han registrado un declive constante desde 2018, debido en gran parte al aumento de la competencia y los cambios en los hábitos de consumo. El auge de las compras en línea y la preferencia por envases desechables más económicos ha puesto a la compañía en una situación difícil.
El año pasado, Tupperware buscó financiamiento adicional y advirtió a sus inversores sobre su capacidad para mantenerse operativa, además del riesgo de ser excluida de la bolsa de Nueva York. Las dudas sobre el futuro de la empresa han ido en aumento, con sus acciones perdiendo un 75% de su valor en lo que va de 2024. Al cierre del mercado el martes, las acciones rondaban los 50 céntimos de dólar.
Hasta el momento, Tupperware no ha informado si sus operaciones en México y otros mercados internacionales se verán afectadas tras declararse en bancarrota. A nivel local, su sitio oficial sigue funcionando con normalidad, ofreciendo promociones y nuevos productos. La incertidumbre sobre su futuro global se mantiene, mientras la compañía busca reestructurar sus finanzas.
Tupperware alcanzó la cúspide de su éxito a mediados del siglo XX con el lanzamiento de las «fiestas Tupperware» en 1948, una estrategia que no solo impulsó las ventas, sino que brindó a muchas mujeres la oportunidad de dirigir su propio negocio desde casa. Estos eventos sociales y de ventas fueron tan exitosos que, tres años después, la compañía decidió retirar sus productos de las tiendas físicas, confiando completamente en este innovador modelo de ventas directas.
Sin embargo, los cambios en los hábitos de consumo, como la disminución de las comidas elaboradas en casa y el aumento de las salidas a restaurantes, afectaron negativamente las ventas de la marca. A medida que la competencia en el mercado de almacenamiento de alimentos creció, Tupperware no logró adaptarse con suficiente rapidez a las nuevas tendencias, lo que llevó al declive progresivo de su negocio.
Con la solicitud de protección por bancarrota, Tupperware busca una oportunidad para reestructurar sus finanzas y encontrar un comprador que le permita continuar operando. La compañía enfrenta el desafío de adaptarse a un mercado en constante evolución, donde los consumidores buscan opciones más prácticas y económicas. El futuro de la marca, que alguna vez fue sinónimo de almacenamiento doméstico innovador, ahora depende de su capacidad para reinventarse en un panorama competitivo cada vez más desafiante.