Helene ingresó el jueves por la noche como un huracán de categoría 4 en la costa sureste de Florida y se desplazó hacia el norte, provocando lluvias torrenciales y vientos huracanados que han generado escenas devastadoras en las que equipos de rescate y recuperación están trabajando arduamente.
Carolina del Norte es uno de los estados más golpeados, especialmente en su flanco oeste. La localidad de Asheville, por ejemplo, ha quedado parcialmente sumergida, con casas destruidas y calles llenas de escombros, según informes de medios locales. El gobernador, Roy Cooper, describió en una rueda de prensa que las intensas lluvias en las montañas del estado provocaron deslizamientos que arrasaron carreteras y derribaron postes de luz y torres de telecomunicaciones.
Aproximadamente 280 carreteras estatales permanecen cerradas, lo que dificulta las labores de emergencia. Las autoridades están utilizando helicópteros para llevar recursos, alimentos y agua a las personas atrapadas, y se estima que alrededor de 1,000 personas se encuentran en refugios.
Los aeropuertos de Carolina del Norte, en Asheville y Charlotte, enfrentan numerosas cancelaciones y retrasos, aunque continúan operando en su mayoría. El gobernador Cooper ha calificado a Helene como “una de las peores tormentas en la historia moderna” del estado, y anticipa un aumento en el número de víctimas, ya que hay numerosos reportes de personas desaparecidas.
Un panorama similar enfrentan en el condado de Unicoi, al este de Tennessee, donde las autoridades buscan a más de 70 personas desaparecidas. Las penurias se ven acentuadas por apagones que han dejado a 2.4 millones de personas sin energía en los cinco estados del sureste más afectados, además de otras 130,000 en los cinco estados vecinos donde el huracán se debilitó.
Helene, que se degradó a ciclón postropical el viernes, ya no está siendo monitoreado por las autoridades meteorológicas, pero se prevén fuertes lluvias en el sur de la cadena montañosa de los Apalaches. La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) está coordinando las tareas de rescate y recuperación, y su administradora, Deanne Criswell, ha señalado que algunas comunidades azotadas por Helene aún sufren las consecuencias del huracán Idalia, que impactó la región recientemente.