La atención del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió el martes a una idea que le ha fascinado por años: adquirir Groenlandia para Estados Unidos. En una conferencia de prensa celebrada ayer, se negó a descartar el uso de la fuerza militar o económica para arrebatar el territorio a Dinamarca, aliado de Estados Unidos.
“Necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional”, dijo, argumentando que Dinamarca debería cederla para “proteger el mundo libre”. Amenazó con imponer aranceles a Dinamarca si no lo hacía.
Ese mismo día, Trump escribió en redes sociales que la posible adquisición estadounidense del territorio ártico “es un acuerdo que debe producirse” y subió fotos de su hijo mayor, Donald Trump Jr., quien estaba visitando Groenlandia.
“HAGAMOS A GROENLANDIA GRANDE DE NUEVO”, añadió el presidente electo.
Tras la conferencia de prensa, Dinamarca rebatió duramente la propuesta, afirmando que la mayor isla del mundo no está en venta.
Durante su primer mandato, Trump instó a sus ayudantes a explorar maneras de comprar Groenlandia, un territorio semiautónomo conocido por sus recursos naturales y su ubicación estratégica para las nuevas rutas marítimas que pueden abrirse al derretirse el hielo ártico. Hace unas semanas, Trump reavivó la conversación a través de las redes sociales, afirmando que “la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.
Las vastas capas de hielo y los glaciares de Groenlandia están retrocediendo rápidamente a medida que la Tierra se calienta por la aceleración del cambio climático. Ese deshielo podría permitir la perforación en busca de petróleo y la extracción de minerales como cobre, litio, níquel y cobalto. Esos recursos minerales son esenciales para las industrias en rápido crecimiento que fabrican turbinas eólicas, líneas de transmisión, baterías y vehículos eléctricos.
Debido al aumento de las temperaturas, se calcula que en las últimas tres décadas ya se han derretido más de 28.000 kilómetros cuadrados de las capas de hielo y glaciares de Groenlandia, una superficie aproximadamente del tamaño de Massachusetts.
En 2023, el gobierno danés publicó un informe que detallaba el potencial de Groenlandia como rico yacimiento de minerales valiosos. La isla ártica tiene “condiciones favorables para la formación de depósitos de minerales, incluidos muchos de los minerales críticos en bruto”.
El deshielo del Ártico también está abriendo un nuevo activo estratégico en la geopolítica: rutas de navegación más cortas y eficaces. Navegar por el Mar Ártico desde Europa Occidental hasta Asia Oriental, por ejemplo, es un 40 por ciento más corto que navegar por el Canal de Suez. El tráfico marítimo en el Ártico ya ha aumentado un 37 por ciento en la última década, según un reciente informe del Consejo Ártico.
China ha mostrado un gran interés por una nueva ruta a través del Ártico y, en noviembre, China y Rusia acordaron colaborar para desarrollar rutas marítimas árticas.
Trump ha calificado repetidamente el cambio climático de “engaño”. Pero uno de sus antiguos asesores de seguridad nacional, Robert O’Brien, sugirió que sus consecuencias son una de las razones por las que Trump está interesado en convertir Groenlandia en territorio estadounidense.
“Groenlandia es una autopista desde el Ártico hasta Norteamérica, hasta Estados Unidos”, declaró a Fox News. “Es estratégicamente muy importante para el Ártico, que va a ser el campo de batalla crítico del futuro porque, a medida que el clima se calienta, el Ártico va a ser una vía que tal vez reduzca el uso del Canal de Panamá”.