Willie Mays, cuya inigualable colección de habilidades lo hizo convertirse en el más grande jardinero central de su época, falleció la tarde del martes a los 93 años, anunciaron los San Francisco Giants.
El “Say Hey Kid” dejó una marca indeleble en el béisbol, con su nombre grabado en el libro de récords de las Grandes Ligas y por sus proezas defensivas, especialmente recordada por la inolvidable “The Catch” en el Juego 1 de la Serie Mundial de 1954.
Willie Mays comenzó su carrera profesional con los New York Giants, destacándose rápidamente tanto en el bateo como en la defensa. Acumuló un impresionante total de 660 jonrones, 3,283 hits y un promedio de bateo de .302. Estas cifras no solo muestran su habilidad como bateador, sino también su consistencia y longevidad en el juego.
A lo largo de su carrera, Mays fue seleccionado para el Juego de Estrellas en 24 ocasiones, un claro testimonio de su excelencia y popularidad continua entre los fanáticos y sus compañeros. Además, ganó 12 Guantes de Oro, consolidándose como uno de los mejores jardineros centrales defensivos de todos los tiempos. Sus dos premios MVP de la Liga Nacional, en 1954 y 1965, son prueba de su dominio en el béisbol durante su época.
Uno de los momentos más memorables de su carrera fue «The Catch» (La Captura) durante la Serie Mundial de 1954. Esta espectacular atrapada es considerada una de las mejores jugadas defensivas en la historia del béisbol, mostrando la destreza y agilidad excepcionales de Mays. Estas jugadas no solo cambiaron el curso de los juegos, sino que también cimentaron su reputación como un jugador capaz de realizar lo imposible.
Fuera del campo, Willie Mays se destacó por su carisma y sus contribuciones a la comunidad, convirtiéndose en un verdadero embajador del béisbol. Su inclusión en el Salón de la Fama del Béisbol en 1979 fue un reconocimiento merecido a su increíble carrera y su impacto en el deporte.
Willie Mays es más que una leyenda del béisbol; es un símbolo de excelencia, dedicación y pasión por el juego. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de jugadores y fanáticos, y su número 24 seguirá siendo sinónimo de grandeza en el béisbol.