Las Brigadas Al Qasam, el brazo armado de Hamás, confirmaron este viernes que las próximas cuatro rehenes en Gaza que serán liberadas el sábado como parte del acuerdo de alto el fuego en el enclave son cuatro de las mujeres soldado que siguen retenidas en el enclave.
Las mujeres soldado que serán liberadas son Liri Albag, de 19 años; Karina Ariev, de 20; Daniella Gilboa, de 20; y Naama Levy, de 20. La quinta que queda en el enclave, Agam Berger, no será liberada por el momento.
La Oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró que «una lista de mujeres secuestradas ha sido recibida por los mediadores» y que Israel responderá más adelante.
Lista de palestinos en cárceles israelíes
El Gobierno de Benjamín Netanyahu deberá publicar la lista de prisioneros palestinos en cárceles israelíes que serán liberados a cambio. Según los detalles conocidos del acuerdo, Israel soltará a 50 presos por cada mujer soldado, con lo que se espera que el sábado sean puestos en libertad al menos 200 de los encarcelados.
Las mujeres que serán liberadas estaban destinadas como observadoras en la base militar de Nahal Oz, junto a la frontera entre Israel y Gaza, el 7 de octubre de 2023, día en que milicianos palestinos encabezados por Hamás cruzaron la divisoria y mataron en territorio israelí a casi 1.200 personas y secuestraron a otras 251.
La base de observación de Nahal Oz, a solo un kilómetro de Gaza, fue uno de los primeros puntos que los islamistas atacaron el 7 de octubre. Mataron a 66 soldados, entre ellos 15 de estas observadoras, incluida la española-israelí Maya Villalobo, y secuestró a seis de ellas, como Daniela.
El trabajo de estas militares consistía en vigilar los movimientos sospechosos de los milicianos junto a la frontera con el objetivo de garantizar la seguridad de las comunidades y ciudades cercanas.
Los meses previos al ataque, estas observadoras avisaron de que habían detectado entrenamientos, simulacros de secuestros y ejercicios militares de milicianos de Hamás y otros grupo dentro de Gaza, según relataron a EFE varios de sus familiares.
Ese 7 de octubre era el segundo día en la base de una de ellas, Liri Albag. «No sabía ni dónde tenía que ir, ni qué hacer ante un ataque de esas dimensiones», relataron a EFE sus hermanas el pasado julio.