El Gobierno de Irán aseguró este lunes que la muerte del presidente, Ebrahim Raisi, en un accidente de helicóptero en la provincia de Azerbaiyán Oriental, situada en el noroeste del país, “no supondrá la menor perturbación en la administración” de la nación.
“Garantizamos a nuestra leal y querida nación que el camino de servicio continuará en línea con el incansable espíritu del ayatolá Raisi, héroe y servidor de la nación (…) y, con la ayuda de Dios todopoderoso y la cooperación del honrado pueblo, no habrá la menor perturbación en la gestión del país”, dijo.
Así, indicó en un comunicado publicado en su página web que “el presidente, un incansable trabajador que no ha hecho otra cosa que servir al gran pueblo de Irán para el avance y el progreso del país, ha cumplido su promesa y ha sacrificado su vida por la nación”.
El Ejecutivo iraní confirmó la muerte de todos los ocupantes del aparato- entre los que estaban el ministro de Exteriores, Hosein Amirabdolahian; el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malik Rahmati; el ayatolá Mohamad Alí Ale Hashem, imam encargado de los rezos del viernes de Tabriz, y otros miembros del equipo de seguridad y tripulación.
El helicóptero cayó en la tarde del domingo en una zona de difícil acceso, incidente descrito inicialmente como un “aterrizaje forzoso”.
Las labores de búsqueda, dificultadas por la presencia de niebla y lluvia, contaron con el apoyo de varios países, incluido Turquía, que envió drones para localizar el lugar en el que se encontraban los restos del aparato.
La muerte del presidente de Irán sume al país en un periodo de interinidad que estará encabezado por su hasta ahora vicepresidente, Mohamad Mojber, que se extenderá durante un plazo máximo de 50 días, cuando la población deberá acudir a las urnas para elegir a su sucesor.
Raisi fue nombrado presidente del país tras imponerse en las elecciones de 2021, cuando sucedió al moderado Hasán Rohani- quien ya había cumplido su límite de dos mandatos- tras hacerse con una aplastante victoria después de que los principales candidatos reformistas y moderados fueran apartados de la carrera, marcando el regreso de los ultraconservadores del poder en el país centroasiático.
A pesar de que las próximas elecciones estaban previstas por ello para el año que viene, su fallecimiento en el citado siniestro de helicóptero obliga a la aplicación de las cláusulas constitucionales sobre estas situaciones, que prevén la celebración de elecciones en menos de dos meses.
“En caso de muerte, cese, dimisión ausencia o enfermedad que dure más de dos meses en el caso del presidente, o cuando su mandato haya terminado sin que se haya elegido a un nuevo presidente por algún impedimento, o en circunstancias similares, su vicepresidente primero asumirá, con la aprobación del líder (supremo de Irán), las competencias y funciones del presidente”, recoge el artículo 131 de la Constitución iraní.
Este mismo artículo estipula la creación de un “consejo” integrado por el presidente de la Asamblea Consultiva, el jefe del aparato judicial y el vicepresidente primero para “organizar las elecciones para un nuevo presidente, en un periodo máximo de 50 días”, para lo cual el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, ya ha dado su visto bueno a primera hora del día.
Además, el artículo 132 de la Carta Magna iraní afirma que “durante el periodo en el que las competencias y responsabilidades del presidente son asignadas a su vicepresidente primero o a otra persona, en línea con el artículo 131– que da al líder supremo la autoridad para nombrar a un encargado en caso de muerte o vacancia del cargo de vicepresidente-, ni los ministros pueden ser interpelados ni puede aprobarse una moción de censura contra ellos”.
“Tampoco pueden darse pasos para una revisión de la Constitución ni celebrarse referéndums nacionales”, subraya la Carta Magna, aprobada en 1979 tras el éxito de la Revolución Islámica, que llevó al poder al ayatolá Ruholá Jomeini, y modificada en 1989 tras el fallecimiento de éste y el ascenso de Jamenei al puesto de nuevo líder supremo, que mantiene desde entonces.
A primera hora de este mismo lunes, el gobierno decretó cinco días de luto nacional por el suceso y recalcó que “en línea con el artículo 131 de la Constitución, Mojber encabezará la rama ejecutiva”. “Está obligado a cooperar con los jefes de las ramas legislativa y judicial para facilitar la elección de un nuevo presidente en un plazo máximo de 50 días”, ha recordado.
Por otra parte, la muerte de Raisi tiene un impacto sobre la futura sucesión de Jamenei, quien el mes pasado cumplió 85 años y quien lleva en el cargo desde 1989, dado que el fallecido mandatario figuraba en todas las quinielas como uno de los principales favoritos a ocupar el cargo.
Raisi, de 63 años y uno de las principales caras de los clérigos ultraconservadores en Irán, era una figura muy cercana a Jamenei, quien como líder supremo tiene la palabra final en materia de diplomacia, estrategia militar y política interior en el país, en el que además tiene una gran importancia la Guardia Revolucionaria.
Durante los últimos años se había especulado con la posibilidad de que Raisi o Mojtaba Jamenei, uno de los hijos del líder supremo, pudieran sucederle tras su fallecimiento, con lo que el elegido se convertiría en la tercera persona en ocupar el cargo desde 1979.
Sin embargo, el fallecimiento de Raisi allanaría el camino para que esta persona fuera Mojtaba Jamenei, de 54 años y profesor de teología en un seminario de Qom, desde donde dio apoyo al expresidente Mahmud Ahmadineyad en sus victorias electorales en 2005 y 2009.
En cualquier caso, el nombramiento del líder supremo de Irán depende de la Asamblea de Expertos, integrada por 88 clérigos. Todos ellos deben ser nombrados por el Consejo de Guardianes, quienes son nombrados de forma directa o indirecta por el propio líder supremo, lo que da un importante peso a Jamenei en su proceso de sucesión.
De hecho, Jomeini habría ejercido una importante influencia en el nombramiento de Jamenei como su sucesor, especialmente a raíz de las crecientes diferencias con su entonces “número dos”, Hosein Alí Montazeri, quien se habría mostrado crítico con la oleada de ejecuciones de miles de presos políticos en 1988.
La Constitución iraní, en cualquier caso, refleja en su artículo 111 que, “en caso de muerte, dimisión o cese del líder, los expertos- en referencia a los miembros de la Asamblea de Expertos- deberán dar pasos lo antes posible para nombrar a un nuevo líder”, periodo durante el cual se crearía un “consejo” temporal para ocupar sus funciones hasta la elección del que sería el sucesor de Jamenei.
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FFO