El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló el martes un ambicioso plan para introducir una visa conocida como la “Tarjeta Dorada Trump”, que ofrecería a inversionistas extranjeros un camino hacia la nacionalidad por una inversión de 5 millones de dólares.
Este nuevo programa reemplazaría a las visas EB-5, un sistema establecido hace 35 años para fomentar la inversión extranjera en el país.
Desde el Despacho Oval, Trump destacó los beneficios económicos de la iniciativa: “Serán ricos y tendrán éxito. Gastarán mucho dinero, pagarán muchos impuestos y emplearán a muchas personas. Creemos que va a ser extremadamente exitoso”. El anuncio subraya su visión de atraer a individuos adinerados y talentosos que impulsen la economía estadounidense.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, detalló que la “Tarjeta Dorada Trump” entrará en vigor en un plazo de dos semanas, sustituyendo al programa EB-5, creado por el Congreso en 1990.
Las visas EB-5 permiten a inversionistas obtener residencia permanente al invertir aproximadamente 1 millón de dólares en una empresa que genere al menos 10 empleos. Sin embargo, Lutnick argumentó que la nueva tarjeta, que en esencia es una “green card”, elevará significativamente el monto de inversión requerido y abordará problemas de fraude y “tonterías” que han afectado al programa anterior. Al igual que otras tarjetas de residencia, incluirá una vía hacia la ciudadanía estadounidense.
Datos del Departamento de Seguridad Nacional muestran que unas 8.000 personas obtuvieron visas EB-5 en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre de 2022. No obstante, un informe del Servicio de Investigación del Congreso de 2021 advirtió sobre riesgos de fraude en el programa, como la dificultad para verificar el origen legal de los fondos invertidos.
Las visas para inversionistas no son una novedad a nivel global. Según Henley & Partners, una firma especializada en asesoría migratoria, más de 100 países, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, España, Grecia, Malta, Australia, Canadá e Italia, ofrecen “visas doradas” a personas con recursos financieros significativos.
Aunque Trump no especificó requisitos relacionados con la creación de empleo para la “Tarjeta Dorada”, sugirió que el programa podría tener un impacto masivo en las finanzas públicas. Reflexionando sobre la posibilidad de emitir 10 millones de estas visas, el presidente afirmó que podría ser una herramienta para reducir el déficit federal: “Podría ser genial, tal vez será fantástico”.
Actualmente, las visas EB-5 tienen un límite anual, pero Trump no aclaró si la nueva iniciativa también lo tendría.
El presidente describió la tarjeta como “una especie de ‘green card’, pero a un nivel más alto de sofisticación”, destinada a personas adineradas o de gran talento. “Esencialmente, las personas adineradas pagan para que esas personas de talento entren, lo que significa que las empresas pagarán para que las personas tengan un estatus a largo, largo plazo en el país”, explicó.
Un punto controversial es que Trump afirmó que la implementación de las “tarjetas doradas” no requeriría la aprobación del Congreso, a pesar de que tradicionalmente este organismo establece los requisitos para la nacionalidad. Esta declaración podría generar debate sobre la autoridad ejecutiva en materia migratoria.