En lugar de señalar a la refinería, el mandatario atribuyó la contaminación a las empresas pedreras y a otros sectores del ámbito privado. López Obrador reiteró que la refinería, operada por Petróleos Mexicanos (Pemex), ha cumplido con las normativas ambientales y sugirió que las críticas hacia la gestión pública de esta infraestructura provienen de grupos empresariales molestos por su operación bajo el control estatal.
En un tono sarcástico, el presidente cuestionó la oposición de ciertos sectores a que la refinería esté en manos de Pemex, sugiriendo que la crítica se basa en una histórica disputa sobre la gestión del petróleo en el país. Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, estuvo presente durante la conferencia matutina del presidente, respaldando así la posición del gobierno respecto a la refinería y su impacto en el medio ambiente.