En las últimas semanas el nombre de Coca-Cola se convirtió tendencia y no precisamente por algún nuevo sabor o por sus famosos comerciales, sino por un boicot por parte de México y otros países de América Latina.
Un video en el que supuestamente se apoya las nuevas políticas migratorias del presidente Donald Trump, despidiendo y denunciando a empleados indocumentados que trabajan en una planta embotelladora de Texas, provocó la indignación de muchos consumidores latinos y convocaron a dejar de consumir sus productos.
Ante la controversia, la compañía se pronunció con un comunicado, dirigido a su fuerza de venta en México, donde desmintió las acusaciones, aclarando que “el video es falso” y que fue creado por medio de inteligencia artificial.
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La Industria Mexicana de Coca-Cola aclaró que la acusación sobre que The Coca-Cola Company llamó a las autoridades migratorias para deportar a trabajadores indocumentados es totalmente falsa…No existe evidencia de despidos ni de ninguna acción en ese sentido por parte de la compañía.
La refresquera aseguró que continuará operando en el país y reafirmó su compromiso con las familias mexicanas, generando miles de empleos y resaltando que sus productos son hechos y embotellados en México.
En las últimas semanas, Coca-Cola fue prohibida en el municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo, haciendo acreedor de una multa de 5 mil pesos para el habitante que sea descubierto vendiendo o comprando el producto.