El presidente Andrés Manuel López Obrador dejó en claro que no es ninguna frivolidad el tema del allanamiento de la Embajada de México en Quito, tras las declaraciones en la previa del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien apuntó que buscará almorzar con el tabasqueño para solucionar la crisis entre ambos países.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aseguró el martes que no se arrepiente de haber ordenado el asalto a la Embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa (2007-2017), al que el Gobierno mexicano le había dado asilo apenas unas horas antes del asalto, ocurrido el viernes 5 de abril.
“No me arrepiento”, afirmó Noboa en una entrevista brindada la pasada semana al canal australiano SBS, la primera interacción del mandatario con la prensa desde el inicio de esta crisis con México.
Respecto a la forma en que buscará remediar la crisis con México, el presidente de Ecuador aseveró que buscará comer con López Obrador.
“Invitaré a López Obrador a comer un ceviche, y probablemente también podemos comer unos tacos y hablar, cuando él esté listo”, apuntó en la entrevista.
Ante la condena casi unánime de la comunidad internacional por romper la inviolabilidad de una sede diplomática, Noboa admitió que “fue una decisión muy difícil de tomar”, pero que lo hizo porque su Gobierno considera que fue México el primero en violar las convenciones internacionales.
“Es primero una violación del Gobierno mexicano, a la que luego le sigue otra violación, pero teníamos que actuar, teníamos que tomar una decisión, porque había un plan para escapar del que estábamos al tanto”, declaró Noboa.
“Nosotros condenamos el hecho de que algunos Gobiernos usen sus embajadas bajo la fachada de un refugio político que en realidad es impunidad, es salvar a los criminales de sus sentencias”, añadió.
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FFO