En un ambiente cargado de emoción y simbolismo, Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera presidenta de México en un acto de toma de protesta que resonará en la historia del país.
Vestida con un elegante traje bordado por una artesana oaxaqueña que simboliza tanto su compromiso como su visión de un México más inclusivo; la ceremonia tuvo lugar en el recinto de San Lázaro, donde recibido de manos de Ifigenia Martínez la banda presidencial, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo protagonizó un emotivo momento con el ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador quien, con un beso, un abrazo y levantando sus manos en señal de victoria.
Durante su mensaje, de casi 40 minutos, Sheinbaum rindió homenaje a Andrés Manuel López Obrador, reconociendo su legado y su papel como un luchador social fundamental.
Con un enfoque en la justicia social y el bienestar de los más vulnerables, Sheinbaum presentó los cuatro ejes de su política de seguridad y reafirmó su compromiso de continuar con los principios de la Cuarta Transformación.
Hoy celebramos el papel fundamental de las mujeres en la historia de México. Reconocemos que las mujeres podemos ser presidentas, y por ello, los invitamos a decir «presidenta» con «A», al igual que decimos abogada, soldada, maestra, doctora… señaló.
Al cerrar su intervención, destacó la importancia de este momento no solo para ella, sino para todas las mujeres que, tras 71 años de lucha por sus derechos, ahora pueden ver reflejados sus anhelos en el más alto cargo del país. La toma de protesta de Claudia Sheinbaum no es solo un paso hacia adelante en la política mexicana, sino un eco de esperanza para las generaciones futuras.
«No llego sola, llegamos todas», proclamó, enfatizando la importancia de las mujeres en la construcción de un futuro más equitativo.
Tras la toma de protesta, la presidente Claudia Sheinbaum se dirigió a los mexicanos a través de un video publicado en sus redes sociales con una promesa clara: Gracias, no les voy a defraudar.